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Con este programa ya se han formado como Mentores y Coachs de Vida
personas de Venezuela, Costa Rica, Argentina, Chile, El Salvador y
Honduras.
Dr. Fernando Daniel Peiró
Mentor & Coach
Organizacional y Transformacional
Formador de Líderes
Integrales
Derechos Reservados
Web: http://www.drpeiro.com
Videos: http://www.youtube.com/grupodaion
Perfil Facebook: http://www.facebook.com/fernandodanielpeiro
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martes, 9 de abril de 2013
Artículo: “La culpa de mis fracasos”
Liderazgo & Coaching Esencial / Motivación
Artículo: “La culpa de mis fracasos”
(“Un replanteo del Éxito” es un extracto del Libro “Siete Mentiras Anti-Éxito. Rompiendo Mitos”)
Autor: Dr. Fernando Daniel Peiró
Autor / Mentor & Coach Internacional
Formador de Líderes Integrales
Derechos Reservados
¿Ha escuchado o dicho alguna vez ¡La culpa no es mia! o… ¡Yo no fui!?.
Por lo general, buscamos la manera de exonerarnos de culpas, señalando a otras personas como las responsables de todos aquellos sucesos que no nos han salido como quisimos.
O bien, cuando no nos queda otra alternativa: decimos: ¡“la culpa es de todos”!... ¿Será que “mal de muchos, consuelo de tontos”?.
Un proverbio chino muy conocido dice: “Por culpa de un clavo se cayó la herradura. Por culpa de la herradura se perdió un caballo. Por culpa de un caballo no llegó el mensaje. Por culpa del mensaje que no llegó, se perdió la guerra”.
El rencor y los resentimientos, sin duda, nacen cuando culpamos. Y la culpa, es el pretexto o la excusa ideal, para disfrazar nuestra incapacidad para asumir la responsabilidad de nuestros errores cometidos.
Lo triste de esto es que “echar la culpa” se ha convertido en una cultura enraizada de la sociedad en la que vivimos.
El pasado es algo vivido; pero no siempre es “experiencia”. Si lo que Usted ha vivido en el pasado le causa remordimiento, rencor, miedo a que pase nuevamente, no es eso experiencia.
La “experiencia” es la sabiduría que Usted ha logrado extraer de esos sucesos y dejar de culpar al mundo por sus tantas caídas.
Si Usted está permanentemente preguntándose ¿“Porqué a mi”?, es porque transita la vida con sentimientos de “Víctima”.
Reformule la pregunta.
Pregúntese: ¿“Para qué”? y conviértase en un “Aprendiz de la vida”. Asuma la responsabilidad sobre sus actos.
Entonces, tanto la Víctima como el Aprendiz tienen una pregunta que formularse.
La pregunta de la Víctima, nunca tiene respuestas: ¿Porqué... Porqué a mí? Y siempre está buscando la manera de responsabilizar a los demás de sus fracasos y desgracias.
La pregunta del Aprendiz: ¿Para qué?, en cambio, SI tiene una respuesta, y es: “para aprender”.
Creerse “víctima” no es un sentimiento. Es una “MALA ACTITUD”, un comportamiento humano involutivo, alejado de toda posibilidad de desarrollo.
La actitud de víctima hace que las personas huyan de asumir sus responsabilidades y terminen “lavándose las manos” ante sus errores. Son fabricantes de excusas y “verdades inventadas” (o mentiras) hasta llegar a la manipulación.
Una persona con actitud de víctima llega, incluso, a hacer ejercicio de la creatividad para sostener su flaqueza.
Tenga por seguro que la víctima sólo recibirá las migajas enmohecidas de la lástima, y creerá que es amor y comprensión; pero en realidad, es el ocultamiento del MIEDO que se posee. El miedo es lo opuesto al amor; es concretamente la “negación del amor y la verdad”.
La creencia de Víctima está llena de un “ácido” que carcome la consciencia. Nos hace transitar anchos y espesos caminos con paisajes grises y negros de depresión, de falta de esperanza, de ceguera del alma. En este estado, no se puede distinguir las manifestaciones de amor, ya que el ego busca la manera de encontrar “sin-razones” para estar siempre a la defensiva y prontos al ataque.
“Víctima” es una palabra proveniente del latín antiguo “Victus”, cuya connotación o significado es “Vencido”. En la antigüedad la palabra era utilizada en el léxico religioso para designar a los animales sacrificados. Otra versión considera que la palabra “Víctima” puede tener origen en la palabra latina “Vincta”, para designar “Atado” o con “Atadura”.
Le pregunto:
¿Se siente Usted vencido por las circunstancias de su vida?
¿Cree que los fracasos pueden más que Usted?
¿Siente que su vida es dolorosa o sacrificada?
¿Se siente “atado” por algo?
¿Sabe Usted que la actitud de víctima es sencilla y llanamente “mediocridad”?
Un profesional de la psiquiatría, el español Enrique González Duro, comenta en su libro “La Paranoia” que, entre los factores que desencadenan esta actitud de víctima, se encuentran el narcisismo, las renuentes exposiciones de personas a serias frustraciones y la baja autoestima y dice que "el pensamiento paranoide no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio, para convertirlo en convicción...” y menciona este ejemplo: "Vi una rosa y quise olerla, pero tuve miedo de ser lastimado".
Aclaro que no estoy diciendo que una persona que culpa de sus fracasos a los demás, aquella que tiene una marcada actitud de víctima, padezca de paranoia; aunque una persona que asume el papel de víctima, tiene pensamientos paranóides.
Reflexione:
Usted es el único responsable de su presente y de futuro. Todo lo que piensa, siente y hace es una siembra que, a la corta o a la larga, dará su cosecha.
Aceptar sus errores y fracasos, le permite a su mente y a su corazón que se abran, para recibir la maravillosa sabiduría que se esconde detrás de toda adversidad.
Aceptar el fracaso le da a Usted “poder”, porque al recibir conocimiento de estos benditos sucesos adversos, lo adquiere por añadidura.
Es archiconocida la frase “el conocimiento es poder”; pues bien… acepte el fracaso como un momento maravilloso de aprendizaje.
Le aseguro que hay dos cosas que Usted gana cuando acepta los fracasos:
- La primera es que Usted abre su corazón a las dimensiones de la humildad. Aceptar un fracaso, es de corazones humildes y, de esta manera, habrá triunfado ante su ego herido, que no soporta ser vencido.
- La segunda cosa importante que Usted gana aceptando el fracaso es que, además del conocimiento y la humildad, la vida le premiará con la capacidad de ser poderosamente más creativo, más ingenioso; y siéndolo, tendrá las herramientas más preciadas para resolver los problemas.
Las cosas que no hemos resuelto, esencialmente son aquellas que primero hemos “censurado”; es decir, nos hemos autoimpuesto gigantes barreras por lo que nos extralimitamos a resolver situaciones en la vida. Todo esto sucede debido al poco o nulo compromiso con nuestra observación interior.
Desarrolle su genialidad, es decir, deje fluir en Usted ese maravilloso genio interior que posee, que es inquieto y que quiere crear cosas nuevas, soluciones coherentes, que provee de respuestas para tomar decisiones inteligentes y evolutivas. Desarrolle ese “genio” en Usted.
Esa lámpara de Aladino, que al frotarla aparece el genio, es la alineación de su corazón con la armonía y su mente consciente enfocada en lo que realmente quiere para su vida. Y para que ese genio aparezca, Usted necesita dejar fluir su esencia.
La humildad es uno de los mayores tesoros que posee, como Líder, y le permitirá alejarse del fracaso.
Dicho de otra manera: La humildad, es uno de los secretos por el cual se alcanza el triunfo y se lo conserva.
Le invito a que considere que los fracasos y las adversidades tienen un propósito divino. Dios nos regala la Gracia de alcanzar el éxito y el triunfo en nuestras vidas, cuando tenemos un corazón humilde para aceptar su voluntad.
Auto-CoachingFormúlese las siguientes preguntas:
- A decir verdad ¿Los demás tienen la culpa de todo lo que me ha pasado?
- ¿Estoy resentido, con rencor, por las situaciones que he vivido?
- ¿Dejo ir de mi mente y mi corazón aquellas circunstancias que he atravesado?
- ¿Por lo general pienso que siempre tengo la razón y que los demás están equivocados?
- ¿Lo sucedido en mi vida, que me ha causado dolor, todavía siguen latentes en mi, y me siento incomprendido, que nadie me entiende?
- ¿Cada vez que recuerdo mis fracasos, me deprimo y me quita las ganas de hacer cosas para mi crecimiento?
- ¿Prefiero no hacer nada, antes que me vuelvan a lastimar?
- ¿Prefiero no hacer nada, antes de volver a fracasar?
- ¿Acepto mis fracasos?
- ¿He aprendido de mis fracasos y vicisitudes?
- ¿No me siento muy creativo, ni con ideas para resolver los escollos de mi vida?
Carpe diem, Aproveche el día, con Plenitud.
Dr. Fernando Daniel Peiró
Mentor & Coach Organizacional y Transformacional
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Artículo: “La culpa de mis fracasos”
(“Un replanteo del Éxito” es un extracto del Libro “Siete Mentiras Anti-Éxito. Rompiendo Mitos”)
Autor: Dr. Fernando Daniel Peiró
Autor / Mentor & Coach Internacional
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¿Ha escuchado o dicho alguna vez ¡La culpa no es mia! o… ¡Yo no fui!?.
Por lo general, buscamos la manera de exonerarnos de culpas, señalando a otras personas como las responsables de todos aquellos sucesos que no nos han salido como quisimos.
O bien, cuando no nos queda otra alternativa: decimos: ¡“la culpa es de todos”!... ¿Será que “mal de muchos, consuelo de tontos”?.
Un proverbio chino muy conocido dice: “Por culpa de un clavo se cayó la herradura. Por culpa de la herradura se perdió un caballo. Por culpa de un caballo no llegó el mensaje. Por culpa del mensaje que no llegó, se perdió la guerra”.
El rencor y los resentimientos, sin duda, nacen cuando culpamos. Y la culpa, es el pretexto o la excusa ideal, para disfrazar nuestra incapacidad para asumir la responsabilidad de nuestros errores cometidos.
Lo triste de esto es que “echar la culpa” se ha convertido en una cultura enraizada de la sociedad en la que vivimos.
El pasado es algo vivido; pero no siempre es “experiencia”. Si lo que Usted ha vivido en el pasado le causa remordimiento, rencor, miedo a que pase nuevamente, no es eso experiencia.
La “experiencia” es la sabiduría que Usted ha logrado extraer de esos sucesos y dejar de culpar al mundo por sus tantas caídas.
Si Usted está permanentemente preguntándose ¿“Porqué a mi”?, es porque transita la vida con sentimientos de “Víctima”.
Reformule la pregunta.
Pregúntese: ¿“Para qué”? y conviértase en un “Aprendiz de la vida”. Asuma la responsabilidad sobre sus actos.
Entonces, tanto la Víctima como el Aprendiz tienen una pregunta que formularse.
La pregunta de la Víctima, nunca tiene respuestas: ¿Porqué... Porqué a mí? Y siempre está buscando la manera de responsabilizar a los demás de sus fracasos y desgracias.
La pregunta del Aprendiz: ¿Para qué?, en cambio, SI tiene una respuesta, y es: “para aprender”.
Creerse “víctima” no es un sentimiento. Es una “MALA ACTITUD”, un comportamiento humano involutivo, alejado de toda posibilidad de desarrollo.
La actitud de víctima hace que las personas huyan de asumir sus responsabilidades y terminen “lavándose las manos” ante sus errores. Son fabricantes de excusas y “verdades inventadas” (o mentiras) hasta llegar a la manipulación.
Una persona con actitud de víctima llega, incluso, a hacer ejercicio de la creatividad para sostener su flaqueza.
Tenga por seguro que la víctima sólo recibirá las migajas enmohecidas de la lástima, y creerá que es amor y comprensión; pero en realidad, es el ocultamiento del MIEDO que se posee. El miedo es lo opuesto al amor; es concretamente la “negación del amor y la verdad”.
La creencia de Víctima está llena de un “ácido” que carcome la consciencia. Nos hace transitar anchos y espesos caminos con paisajes grises y negros de depresión, de falta de esperanza, de ceguera del alma. En este estado, no se puede distinguir las manifestaciones de amor, ya que el ego busca la manera de encontrar “sin-razones” para estar siempre a la defensiva y prontos al ataque.
“Víctima” es una palabra proveniente del latín antiguo “Victus”, cuya connotación o significado es “Vencido”. En la antigüedad la palabra era utilizada en el léxico religioso para designar a los animales sacrificados. Otra versión considera que la palabra “Víctima” puede tener origen en la palabra latina “Vincta”, para designar “Atado” o con “Atadura”.
Le pregunto:
¿Se siente Usted vencido por las circunstancias de su vida?
¿Cree que los fracasos pueden más que Usted?
¿Siente que su vida es dolorosa o sacrificada?
¿Se siente “atado” por algo?
¿Sabe Usted que la actitud de víctima es sencilla y llanamente “mediocridad”?
Un profesional de la psiquiatría, el español Enrique González Duro, comenta en su libro “La Paranoia” que, entre los factores que desencadenan esta actitud de víctima, se encuentran el narcisismo, las renuentes exposiciones de personas a serias frustraciones y la baja autoestima y dice que "el pensamiento paranoide no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio, para convertirlo en convicción...” y menciona este ejemplo: "Vi una rosa y quise olerla, pero tuve miedo de ser lastimado".
Aclaro que no estoy diciendo que una persona que culpa de sus fracasos a los demás, aquella que tiene una marcada actitud de víctima, padezca de paranoia; aunque una persona que asume el papel de víctima, tiene pensamientos paranóides.
Reflexione:
Usted es el único responsable de su presente y de futuro. Todo lo que piensa, siente y hace es una siembra que, a la corta o a la larga, dará su cosecha.
Aceptar sus errores y fracasos, le permite a su mente y a su corazón que se abran, para recibir la maravillosa sabiduría que se esconde detrás de toda adversidad.
Aceptar el fracaso le da a Usted “poder”, porque al recibir conocimiento de estos benditos sucesos adversos, lo adquiere por añadidura.
Es archiconocida la frase “el conocimiento es poder”; pues bien… acepte el fracaso como un momento maravilloso de aprendizaje.
Le aseguro que hay dos cosas que Usted gana cuando acepta los fracasos:
- La primera es que Usted abre su corazón a las dimensiones de la humildad. Aceptar un fracaso, es de corazones humildes y, de esta manera, habrá triunfado ante su ego herido, que no soporta ser vencido.
- La segunda cosa importante que Usted gana aceptando el fracaso es que, además del conocimiento y la humildad, la vida le premiará con la capacidad de ser poderosamente más creativo, más ingenioso; y siéndolo, tendrá las herramientas más preciadas para resolver los problemas.
Las cosas que no hemos resuelto, esencialmente son aquellas que primero hemos “censurado”; es decir, nos hemos autoimpuesto gigantes barreras por lo que nos extralimitamos a resolver situaciones en la vida. Todo esto sucede debido al poco o nulo compromiso con nuestra observación interior.
Desarrolle su genialidad, es decir, deje fluir en Usted ese maravilloso genio interior que posee, que es inquieto y que quiere crear cosas nuevas, soluciones coherentes, que provee de respuestas para tomar decisiones inteligentes y evolutivas. Desarrolle ese “genio” en Usted.
Esa lámpara de Aladino, que al frotarla aparece el genio, es la alineación de su corazón con la armonía y su mente consciente enfocada en lo que realmente quiere para su vida. Y para que ese genio aparezca, Usted necesita dejar fluir su esencia.
La humildad es uno de los mayores tesoros que posee, como Líder, y le permitirá alejarse del fracaso.
Dicho de otra manera: La humildad, es uno de los secretos por el cual se alcanza el triunfo y se lo conserva.
Le invito a que considere que los fracasos y las adversidades tienen un propósito divino. Dios nos regala la Gracia de alcanzar el éxito y el triunfo en nuestras vidas, cuando tenemos un corazón humilde para aceptar su voluntad.
Auto-CoachingFormúlese las siguientes preguntas:
- A decir verdad ¿Los demás tienen la culpa de todo lo que me ha pasado?
- ¿Estoy resentido, con rencor, por las situaciones que he vivido?
- ¿Dejo ir de mi mente y mi corazón aquellas circunstancias que he atravesado?
- ¿Por lo general pienso que siempre tengo la razón y que los demás están equivocados?
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Artículo: “Un Replanteo del Éxito”
Liderazgo & Coaching Esencial / Motivación
Artículo: “Un Replanteo del Éxito”
(“Un replanteo del Éxito” es un extracto del Libro “Siete Mentiras Anti-Éxito. Rompiendo Mitos”)
Autor: Dr. Fernando Daniel Peiró
Autor / Mentor & Coach Internacional
Formador de Líderes Integrales
Derechos Reservados
En este mundo actual en el que vivimos, se hace mucho énfasis en tener “Exito”. Se le ha atribuido – incluso – una estrecha relación con el mundo de los “negocios”.
En el diccionario de la Real Academia Española, podemos verificar esta vinculación:
1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.
2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.
Con sólo que Usted lea esta definición del diccionario más respetado de la lengua española, podrá apreciar que no se define con profundidad el concepto de “éxito”. Esto se debe a que – como humanidad - fuimos desvirtuando nuestro lenguaje hasta matar sus genuinos significados. En esta definición, el “éxito” se centra en dos puntos:
- Una relación íntima con el “negocio”.
- y el grado de aceptación o aprobación que una persona ha logrado sobre su entorno o grupo de influencia.
Quinientos años antes del nacimiento de Cristo, ya decía el dramaturgo griego Aiskhúlos (conocido como Esquilo): “A los ojos de los hombres, el éxito es un dios”.
La palabra “Éxito” oculta su “verdadero significado” o “definición esencial” en su origen etimológico; que nos permite ir más allá de las creencias actuales que existen al respecto.
Cuando Usted llega a destino luego de un viaje en avión, al salir del aeropuerto encuentra un cartel que dice “EXIT”. Ésta es una palabra sajona o del idioma inglés que tiene la misma raíz etimológica latina de la palabra “Éxito”. Ambos vocablos (del inglés y del latín) significan “Salida”.
Desde este punto de vista, podemos decir que Usted es exitoso cada vez que “sale” de una determinada situación.
Usted es exitoso por naturaleza esencial, porque siempre estará saliendo de permanentes sucesos en el transcurso de su vida, en TODAS las áreas de su existencia.
“Exitoso” es aquel ser humano que ha salido de sus adversidades fortalecido y que es leal a sus valores correctos o superiores.
Puedo decir también, que el éxito y el triunfo están ligados entre sí, ya que la palabra “Triunfo”, desde su origen etimológico, proviene del griego “Triunfus” y tiene por significado “Entrada Victoriosa”.
Entonces, “exitoso” es aquel ser humano que ha entrado victorioso o “triunfante” a un nuevo estado de existencia, pleno de sabiduría interior.
Es decir, una persona verdaderamente exitosa es aquella que sale de una determinada situación, con el trofeo del aprendizaje que ha recibido de los sucesos experimentados en su vida, ingresando triunfante a otro estado de consciencia mayor, al que poseía antes de aquellos sucesos o circunstancias.
Como si fuere obviedad, parece ser que del “otro lado” del éxito, se encuentra el temido “fracaso”. Diría que la mayoría de las personas en el mundo hacen este contraste Éxito/Fracaso, como si fuesen puntos opuestos.
Desde mi visión particular, aporto que el fracaso conlleva en si mismo una enseñanza que se esconde detrás de su velo. Al igual que el Éxito, como “Salida”.
Ciertamente es que el fracaso es lo que nos hace alanzar el éxito, por lo que nada de opuesto hay en entre estos dos conceptos, si comprendiéramos a cabalidad que son coexistentes el uno con el otro.
No conozco a nadie que haya alcanzado algún tipo de éxito, si no es por medio del aprendizaje recibido de la suma de fracasos experimentados.
Defiendo el concepto “fracaso”, encontramos en el diccionario de la Real Academia Española los siguientes significados atribuidos:
1. m. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio.
2. m. Suceso lastimoso, inopinado y funesto.
3. m. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
Ahora bien, ¿acaso no estamos hablando también de un “éxito” tácito que existe a un paso del fracaso?
El éxito es, precisamente, la capacidad de “salir” de las caídas, ruinas o adversidades y de extraer la sabiduría que se esconde detrás de estos sucesos difíciles, en apariencia.
El escritor y publicista americano Elbert Hubbard (1.856 – 1.915), manifestó que “Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia”.
Tal vez usted se ha dado cuenta que es muy coherente lo que le expreso. El Fracaso y el Éxito son consecuentes; siguen una dinámica necesaria de aprendizaje por experiencia y razonamiento.
Tal vez muchas personas deseen alcanzar el éxito, y creen que alcanzarlo sea posible, sin pasar por fracasos previos. Estas personas son aquellas que terminan abrazando la mediocridad. ¡Que no le quepa a Usted ninguna duda de ello!
En el libro “Valores”, la Dra. Adriana Mora Hamblin expresa que “El éxito está íntimamente ligado al ser no al tener… Exitosa es aquella persona, la cual ha aprendido a vivir alejada del egoísmo, el odio, la envidia, el chisme, la injusticia, la pereza, la crítica destructiva y ha hecho del amor y de los valores morales su consigna. Y que cuando se acuesta a dormir por las noches, lo hace con la conciencia tranquila y con la satisfacción de haber dado lo mejor de sí”.
Pues bien, con este nuevo paradigma de “Éxito” que le he planteado, expreso que las “Mentiras ANTI-ÉXITO” son todas aquellas creencias y pautas saboteadoras que la sociedad ha concebido y que, de tanto repetirlas, se han convertido en acervos culturales que establecieron firmes barreras a la fluidez natural del crecimiento humano; haciéndole creer a una gran mayoría individuos que son “verdades absolutas”, cuando en realidad son falsas creencias o paradigmas fantasmas, que hicieron de este mundo, un lugar casi sin sentido y sin coherencia.
AUTO-COACHING
Formúlese las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles fueron aquellos momentos de éxito en mi vida?
- De los sucesos que he vivido, ¿cuáles de ellos me han dejado una enseñanza valiosa?
- ¿Me siento a gusto con las elecciones que he tenido en mi vida?
- ¿Supe canalizar estas elecciones personales hacia un sentido positivo, constructivo?
- ¿Qué es el éxito para mi?
- ¿En qué aspectos personales me siento exitoso?
- De los sucesos adversos que he experimentado, ¿Cuáles son los que me han dejado un sabor amargo y me siento como si nada he aprendido?
- ¿Siento que el éxito que tengo, hizo que algunas personas se alejen de mí? ¿Es esto éxito?
- ¿Comparto mi éxito con los demás?
Carpe diem, Aproveche el día, con Plenitud.
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Artículo: “Un Replanteo del Éxito”
(“Un replanteo del Éxito” es un extracto del Libro “Siete Mentiras Anti-Éxito. Rompiendo Mitos”)
Autor: Dr. Fernando Daniel Peiró
Autor / Mentor & Coach Internacional
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Derechos Reservados
En este mundo actual en el que vivimos, se hace mucho énfasis en tener “Exito”. Se le ha atribuido – incluso – una estrecha relación con el mundo de los “negocios”.
En el diccionario de la Real Academia Española, podemos verificar esta vinculación:
1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.
2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.
Con sólo que Usted lea esta definición del diccionario más respetado de la lengua española, podrá apreciar que no se define con profundidad el concepto de “éxito”. Esto se debe a que – como humanidad - fuimos desvirtuando nuestro lenguaje hasta matar sus genuinos significados. En esta definición, el “éxito” se centra en dos puntos:
- Una relación íntima con el “negocio”.
- y el grado de aceptación o aprobación que una persona ha logrado sobre su entorno o grupo de influencia.
Quinientos años antes del nacimiento de Cristo, ya decía el dramaturgo griego Aiskhúlos (conocido como Esquilo): “A los ojos de los hombres, el éxito es un dios”.
La palabra “Éxito” oculta su “verdadero significado” o “definición esencial” en su origen etimológico; que nos permite ir más allá de las creencias actuales que existen al respecto.
Cuando Usted llega a destino luego de un viaje en avión, al salir del aeropuerto encuentra un cartel que dice “EXIT”. Ésta es una palabra sajona o del idioma inglés que tiene la misma raíz etimológica latina de la palabra “Éxito”. Ambos vocablos (del inglés y del latín) significan “Salida”.
Desde este punto de vista, podemos decir que Usted es exitoso cada vez que “sale” de una determinada situación.
Usted es exitoso por naturaleza esencial, porque siempre estará saliendo de permanentes sucesos en el transcurso de su vida, en TODAS las áreas de su existencia.
“Exitoso” es aquel ser humano que ha salido de sus adversidades fortalecido y que es leal a sus valores correctos o superiores.
Puedo decir también, que el éxito y el triunfo están ligados entre sí, ya que la palabra “Triunfo”, desde su origen etimológico, proviene del griego “Triunfus” y tiene por significado “Entrada Victoriosa”.
Entonces, “exitoso” es aquel ser humano que ha entrado victorioso o “triunfante” a un nuevo estado de existencia, pleno de sabiduría interior.
Es decir, una persona verdaderamente exitosa es aquella que sale de una determinada situación, con el trofeo del aprendizaje que ha recibido de los sucesos experimentados en su vida, ingresando triunfante a otro estado de consciencia mayor, al que poseía antes de aquellos sucesos o circunstancias.
Como si fuere obviedad, parece ser que del “otro lado” del éxito, se encuentra el temido “fracaso”. Diría que la mayoría de las personas en el mundo hacen este contraste Éxito/Fracaso, como si fuesen puntos opuestos.
Desde mi visión particular, aporto que el fracaso conlleva en si mismo una enseñanza que se esconde detrás de su velo. Al igual que el Éxito, como “Salida”.
Ciertamente es que el fracaso es lo que nos hace alanzar el éxito, por lo que nada de opuesto hay en entre estos dos conceptos, si comprendiéramos a cabalidad que son coexistentes el uno con el otro.
No conozco a nadie que haya alcanzado algún tipo de éxito, si no es por medio del aprendizaje recibido de la suma de fracasos experimentados.
Defiendo el concepto “fracaso”, encontramos en el diccionario de la Real Academia Española los siguientes significados atribuidos:
1. m. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio.
2. m. Suceso lastimoso, inopinado y funesto.
3. m. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
Ahora bien, ¿acaso no estamos hablando también de un “éxito” tácito que existe a un paso del fracaso?
El éxito es, precisamente, la capacidad de “salir” de las caídas, ruinas o adversidades y de extraer la sabiduría que se esconde detrás de estos sucesos difíciles, en apariencia.
El escritor y publicista americano Elbert Hubbard (1.856 – 1.915), manifestó que “Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia”.
Tal vez usted se ha dado cuenta que es muy coherente lo que le expreso. El Fracaso y el Éxito son consecuentes; siguen una dinámica necesaria de aprendizaje por experiencia y razonamiento.
Tal vez muchas personas deseen alcanzar el éxito, y creen que alcanzarlo sea posible, sin pasar por fracasos previos. Estas personas son aquellas que terminan abrazando la mediocridad. ¡Que no le quepa a Usted ninguna duda de ello!
En el libro “Valores”, la Dra. Adriana Mora Hamblin expresa que “El éxito está íntimamente ligado al ser no al tener… Exitosa es aquella persona, la cual ha aprendido a vivir alejada del egoísmo, el odio, la envidia, el chisme, la injusticia, la pereza, la crítica destructiva y ha hecho del amor y de los valores morales su consigna. Y que cuando se acuesta a dormir por las noches, lo hace con la conciencia tranquila y con la satisfacción de haber dado lo mejor de sí”.
Pues bien, con este nuevo paradigma de “Éxito” que le he planteado, expreso que las “Mentiras ANTI-ÉXITO” son todas aquellas creencias y pautas saboteadoras que la sociedad ha concebido y que, de tanto repetirlas, se han convertido en acervos culturales que establecieron firmes barreras a la fluidez natural del crecimiento humano; haciéndole creer a una gran mayoría individuos que son “verdades absolutas”, cuando en realidad son falsas creencias o paradigmas fantasmas, que hicieron de este mundo, un lugar casi sin sentido y sin coherencia.
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Formúlese las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles fueron aquellos momentos de éxito en mi vida?
- De los sucesos que he vivido, ¿cuáles de ellos me han dejado una enseñanza valiosa?
- ¿Me siento a gusto con las elecciones que he tenido en mi vida?
- ¿Supe canalizar estas elecciones personales hacia un sentido positivo, constructivo?
- ¿Qué es el éxito para mi?
- ¿En qué aspectos personales me siento exitoso?
- De los sucesos adversos que he experimentado, ¿Cuáles son los que me han dejado un sabor amargo y me siento como si nada he aprendido?
- ¿Siento que el éxito que tengo, hizo que algunas personas se alejen de mí? ¿Es esto éxito?
- ¿Comparto mi éxito con los demás?
Carpe diem, Aproveche el día, con Plenitud.
Dr. Fernando Daniel Peiró
Mentor & Coach Organizacional y Transformacional
Formador de Líderes Integrales
Derechos Reservados
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